15 de agosto de 2006

Reíte de Funes…

A veces me pregunto porqué la memoria registra y tiene muy presente cosas totalmente inútiles o viejas, y no retiene cosas más necesarias o los sucedáneos recientes. Me sorprendo habitualmente recordando, por ejemplo:
- El número de teléfono de los padres de mi amigo Marcelo, de Villa Ballester. Nunca llamé a ese número.
- La password del usuario administrador de varios equipos que utilizaba en un trabajo que tuve hace mas de 8 años.
- El código postal de La Plata.
- Que un ministro llamado Manrique fue quien instauró la cuestión de la movilidad de los feriados para fomento del turismo.
- La letra de algunos tangos que probablemente se escuchaban en la radio en casa, cuando yo era chico y que nunca más escuché.
- El número de la patente de un auto que tuvo mi familia, allá por el año 81.
- El lunar que tiene en la cara el tipo que manejabe el auto que quedo junto al mío esta mañana en el semáforo de Lugones y Sarmiento.
- Casi literalmente, una composición bastante mala que hice en 5to año de la secundaria.
- La regla mnemotécnica “oso chiquito pico de pato” para las sales.
- Que en el último viaje a chile, volví en el asiento 7C.
- La serie “240 Roberts”
- El agujerito donde dejo el cepillo de dientes cada mañana, a pesar de que todos los días lo dejo en uno diferente, sin un orden consciente.

Sin embargo, hay cosas que nunca pude acordarme, o que no puedo retener, como:
- En que año fueron las guerras mundiales.
- Dónde estaciono el auto cuando voy al supermercado.
- La clave para consultar las cuentas del banco por internet.
- En inglés, la 3rd column de “begin”
- Comprar pilas para el control remoto de la TV, aunque reniegue todos los días porque tengo que pararme a cambiar de canal.
- El código postal de mi domicilio actual.
- El preámbulo (y eso que intentaron hacermelo repetir innumerables veces!)
- El número de mi cédula de Policía Federal.
- Si la transacción para las cuentas corrientes de clientes es la FBL1N o la FBL5N.
- Una cosa sin sentido que me acordaba esta mañana, que inspiró este post, y que ahora no puedo recordar.

La imagen: Salvador Dalí. Persistencia de la memoria.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

uy!!! iba a comentar algo pero ya no recuerdo que...

Igual, no me pasa tan seguido, sólo cuando llego al mes sin dormir, como en este caso...

Aguante Funes!!!

Andrea Felsenthal dijo...

Yo te iba a comentar algo al respecto de no me acuerdo qué, pero no puedo decirte nada porque no sé muy bien quien soy ni qué opiniones tengo respecto de las cosas que no me acuerdo ahora te iba a comentar. Vivo feliz, sin embargo, porque algunos dicen que lo peor que le pasa al hombre no es la muerte ni el tiempo, lo peor es la memoria...
Fiuuuu estoy salvada! Es evidente que yo solita no puedo firmar, el ordenador, por suerte, lo hará por mí.

Andrea Felsenthal dijo...

¿Te dije que vivo en Villa Ballester?

Fabián dijo...

Gab:
Ya nos olvidaremos juntos de estas noches de dormir poco.

Andrea:
Capaz que lo conocés a mi amigo. El vivia en la calle Bahia Blanca. Las vacaciones iba a la casa de una tia suya en Arrecifes, que vivía en la misma cuadra que mi abuela.
Pero vos no estabas en Barcelona? eso recordaba haber leido por ahi. Bah, viste como es mi memoria...

Andrea Felsenthal dijo...

Estuve en Barna por cinco años y en marzo de este aterricé otra vez en este país. De ahí las melancolías varias con dos caras.

nat dijo...

Pero yo estaba segura de haberte dejado un comentario muy interesante sobre esto... ¿o es que lo dejé en otro blog? Tal vez todavía lo tengo en el bolsillo... Prometo hacer un esfuerzo de memoria y recomponerlo un día de estos.

Andrea Felsenthal dijo...

¿Y dónde estás tanto tiempo escondido? Mirar tu blog es una de las cosas que siempre me acuerdo. Sacar la ropa de la lavadora... pues no.

Anónimo dijo...

es que me olvide la password de la pagina...
Cuando me la acuerde, publico algo.
Fabian.